Hace unos días tuve un situación un poco complicada en mi trabajo y como buen ser humano comencé a tener ideas negras con relación al mismo, comencé a tener pensamientos negativos, a desear no estar allí, a desear cambiar de empleo, de colegas, de rama profesional y si les sigo haciendo la lista no termino…
Por suerte tuve un momento de luz en medio de mi delirio de negatividad, y me di cuenta que al quejarme de esa manera estaba escupiendo en la mano de quien me había puesto en ese lugar DIOS…
Cuantas veces oramos y pedimos a DIOS con todas nuestra fuerzas que nos conceda algo, ese algo ocurre y unos meses después ya estamos hartos, cansados y desesperados, comenzamos a quejarnos a maldecir nuestro trabajo, a maldecir eso por lo que tanto oramos y olvidamos que nos ha sido regalado por DIOS… no nos acuerda esto a otra historia? la historia de alguien llamado moises y el pueblo que salió de egipto?
Lo sabemos, la vida en este mundo no es fácil, tenemos dificultades, momentos de desilusión y de dudas, pero eso no justifica que olvidemos como la gloria de DIOS ha podido manifestarse en nosotros otras veces y que comencemos a quejarnos de aquellas cosas que con mucha oración y fe de nuestra parte y con mucha misericordia y amor de su parte el nos ha dado.
Seamos agradecidos, aún y sobretodo en los momentos mas difíciles.
“No temas, porque Yo estoy contigo; no desmayes porque Yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de Mi justicia” (Isaías 41:10).
Sheylla.